3.7.12

Hechos y deshechos de un corazón.

Solía ser un chico tranquilo, sin problema alguno, pero eso es lo que quería que la gente viera de Él. Era un tío peculiar, mentía a todo el mundo, no quería que la gente supiera quien era en realidad.
Mientras tanto, se sumergía el mismo en sus mentiras, para escabullirse de su pesada realidad... Hasta que la conoció.
Al principio, Él quería seguir fingiendo lo que había fingido ser hasta el momento. Ella sabía que algo guardaba, y quería sacarlo, pensaba que era mejor persona de lo que mostraba a los demás.
Empezaron siendo algo más que amigos, sin ninguna importancia, para Él. Ella notaba que empezaba a sentir algo más, y no quería dejarlo escapar. Por suerte para ella, consiguió que se le enamorara. Y si, estaba en lo cierto; Él ocultaba muchas cosas, y mentía en otras, pero consideraba que la gente no necesitaba saber más de él, no se lo merecían, y ella lo comprendía todo. Se entendían completamente, se amaban locamente, era todo maravilloso. Era todo tan maravilloso, Él era toda la perfección para ella, llegado al punto que tuvo miedo de que aquello fuera su historia de amor.
Él emprendió un viaje, causas familiares. Ella, sin pensarlo, se dejó llevar, y cerró su historia de amor. Sabía bien que ellos nunca llegarían a ser nada comparado con Él, pero no era eso lo que le movía a cometer esos actos.
Como siempre, la verdad salía a la luz. Ella lo negaba, pero Él lo sabía.
Desde ese momento, entre los dos, hubo una brecha incurable, y todo fue distinto. Se fueron separando, siempre discutían, sufrían. Ella se arrepentía, pero a Él, el dolor se le comía por dentro.
Meses más tarde, decidieron darse una segunda oportunidad. Comenzaron a dar rienda suelta a su amor, pero el sueño duró más bien,  poco. Él tubo que volver a irse, sin saber cuando volvería a por Ella.
Ella, poco a poco, fue rehaciendo su vida. Él, por otro lugar, intentó recuperarla, desde la distancia, pero no lo consiguió, y también continuó con su vida.

Meses después, se encontraron, de casualidad.
Ella estaba sentada, tranquila, pensando en nada, mientras el metro continuaba su trayecto. Y de pronto, se abrieron las puertas, y allí estaba Él. Parecía tranquilo, sin nada que decir, no como Ella.
Al salir del metro, le cogió por la cintura, y la besó, pero Ella, resignada, se apartó. No se lo podía permitir. Tenía su vida rehecha, y no podía cometer los mismos errores que cometió con Él. Pero sí, le echaba de menos.
Pasaban los días, Ella continuaba pensando en Él. Él en Ella. No estaba segura de qué hacía, que consecuencias llevaría, y aún así, le extrañaba.
Quedaron un par de días, Ella estaba confundida y no tenía nada en claro. Era todo tan extrambótico cuando estaba con Él, sin embargo, no era Él, la única persona por quien sentía algo.
Y Ella, hizo lo que creía que debía hacer, seguir su alejada de Él, por el otro.
Sufría, se encontraba en una situación en la que jamás se había encontrado, pero estaba convencida de que hacía lo correcto. Él, no volvió a ser el mismo, o eso escuchaba Ella por ahí.
Decían que había vuelto a ser el tipo imbécil y superficial que mentía a todos, o que solo iba con tales o cuales por interés, o por la simple droga que ellos podrían ofrecerle.

A día de hoy, Ella sigue pensando en Él.