26.10.12

¿Se le llama renacer?

Y como cada mañana, la luz del sol me despertó pasando por la ventana entreabierta. Abrí los ojos, miré hacia mi alrededor y después de una noche de sueño intermedio, me dí cuenta de que todo había cambiado, aunque seguía siendo lo mismo. Ya no sentía lo que pensaba que palpaba, y sentía lo que imaginaba que sería impalpable. Pensé que me daba igual todo lo que tenía que ver con el pasado, todo lo que había ocurrido hasta ahora, quería dejarlo atrás y poder volver a empezar de nuevo, junto con un nuevo día. Así que me levanté, me lavé la cara, me miré al espejo, y mirándome a los ojos, me dije: Se acabaron las lamentaciones. Hoy, tras muchos años atrás, sale de nuevo el sol. Hoy, y todos los días que me quedan, saldré con él sin miedo a apagarme, sin miedo a extinguirme, sin miedo a quemarme a mí misma. Hoy, empiezo una nueva historia que contar.

Después..

Después de tanto tiempo, volví a ese lugar que tanta magía me inspiraba. Y me encontré una vista cambiada, tal vez fuera la misma, pero ya no lo veía igual. Quizá era la compañía, esta vez venía conmigo la soledad. No hice caso a la imagen y me senté un el banco, en el mismo banco donde estuve la última vez y me recosté para poder recordar momentos que pasé allí. Entonces sentí aquel sentimiento al que tanto miedo le tenía. Nada. No sentí nada, solo recordé. Me levanté y me fuí, dejando el porche al final de un paseo a mis espaldas.

Ahora, ¿Vida?

Una vez caí en un bucle del que no sabía si iba a volver a salir. Era la primera vez que me pasaba, y me dijeron que tuviera cuidado, si había una segunda vez, tal vez acabaría conmigo.
Lo volví a hacer. Llamé a ese bucle, con la adrenalina en las venas, para sentir ese calor helado que sentí la última vez, para no sentir nada dentro de mí, para no saber si volveria a pasar.
Alguien me dijo una noche que la sensación que tienes antes de morir, que lo que sientes en ese momento, es lo mejor del mundo, que te sientes vivo en ese instante. Irónico. Sentirte vivo cuando estás a punto de morir.
Me pasó. Sentía libertad, al mismo tiempo que miedo. Sentía euforia, al mismo tiempo que tristeza. Me sentía viva, y no me sentía por dentro.
Si, lo único que quería, lo único que pretendía, era tener esa sensación de estar viva, y poder olvidarlo todo, pero ese no fue mi resultado; no lo olvidé todo, desgraciadamente, solo pasaron por mi cabeza los mejores momentos de mi vida.

La parábola del tren.

Mientras estaba sentada en el banco de la estación, esperando al tren, horas y horas, llegó.
Le vi acercarse por encima de las vias, desde lejos sonaba ese timbre tan odioso, y paró justo delante de mí.
Entonces le miré, de derecha a izquierda, todas sus puertas, ventanas, rejillas, vagones, ruedas...
Esperé tanto para coger ese, que en ese momento me dí cuenra de que no era realmente mi tren.

Espero ese Jaque Mate.

Hace tiempo que no duermo, mi sueño se desvaneció junto a la mitad de mis pensamientos, el hambre se marchó de la mano de la felicidad, las sonrisas acabaron, y si están, no son de verdad.
Los papeles los he perdido, las formas las he olvidado, intento convivir día a día intentado pasar desapercivida.
Actúo, no hago más que actúar, ¿y que gano a cambio? Recompensas de mi propia imbecilidad.
Intento cambiar mi manera de ser para agradar, y pienso, y actuo, y vuelvo a reflexionar.
Entonces vuelve a pasar, lo poco que hay se esfuma de repente, volviéndome demente.
Pasan los días y sigo aquí, subida en la montaña rusa que me lleva de un sitio hacía otro.
Personas indecisas que no saben que hacer.
Personas que se mueven por el miedo a padecer.
Personas que piensan que tienen más a merecer.
Adelante, os animo a que deis el paso, ese paso que os enseñará vuestro camino, hacia la dirección que sea.
Adelante, os invito a mover ficha, a no quedaros quietos y dejar su curso a las cosas.
Adelante, os digo que no os quedeis quietos, os digo que vale ya de dejar las cosas como están, os digo que actueis de una manera o de otra, os digo, moved.
Al fin y al cabo, ¿qué es el curso de las cosas? Nada
¿Qué ganas dejándolas igual? Nada.
¿Qué ganas intentando cambiarlas? Nada, pero al menos tendreis algo que hacer, tiempo para reflexionar en cual es la mejor manera de cambiarlo, tiempo para daros cuenta de que lo que realmente quereis es eso, cambiarlo, para el rumbo que sea, y no quedaros quietos sin más.

Se crea su propia prisión.

Comentan, malmeten, atacan sin saber.
Él, esclavo de ellos, les sigue por no quedarse quieto. Se deja llevar por la corriente del mar y no comprende que lo que necesita está en tierra.
Lo ve pasar, se va, él se aleja, y entonces se da cuenta de que quiere estar en tierra.
O tal vez no, tal vez no.
Tal vez no quiera abandonar el mar, sabiendo que ella acabará ahogándolo.
Y entonces la tierra, de poco vigor, se deteriora y poco a poco se erosiona, sin poder volver a formar castillos de arena en ella.
Él lo ve. Él lo sabe.
Que triste que le pueda la marea.

2.10.12

Eros ha vuelto a jugar.

No quiero que se vayan las cosas bonitas, las que nos llenan de amor, porque me veo caminando hacía él, cada noche. Y solo pienso en ello. Que le digo buenas noches, y me acuesto a su lado, pero entonces despierto, y veo que he vuelto a perder, que los rayos del sol que entran ténues desde la ventana, son hacia mi cama, y no a la de él. Y siento que caigo.
Pero, me hace ser tan tonta... Consigue que con solo mirarle flote sobre todo lo demás, sin importar nada. Y todo es maravilloso, la manera en que consigue que me vuelva loca.
Tal vez haya sido todo muy prematuro, pero, ¿ y qué? Todo lo premeditado acaba siendo demasiado sopesado, hasta el punto en el que te quedas sin nada especial, sin nada bonito, por haber querido tanta perfección. La sorpresa yace ahí. Justo en ese lugar. La perfección viene con lo prematuro, con lo que no estaba planeado, y ha llegado rompiéndote todas las puertas de tu vida, de tí mismo, hasta llegar al fondo de ti.
Está claro, que si puediera pedir un deseo, pediría una pausa, justo en el momento en que le abrazo, en el que me apoyo en él, en el que me dice un "Te quiero" vergonzoso...
La realidad es, que si me pidiera que volara sobre las estrellas, lo haría, pero siempre de su mano.