29.12.11

A esto se le suele llamar aburrimiento e_e

ODIO las pausas de las series para navidad. ¿Qué hago un día que no tengo nada que hacer y las series que suelo ver están pausadas? Me da demasiada pereza empezar otras, además, que cojones! Yo quiero ver las que veo de normal. Que los actores se maten a trabajar para satisfacerme >.<
Jope, es horrible, ir super emocionado un dia, a ver el capitulo de la serie que toca esta semana, y encontrarte con que no hay nada nuevo y está el mismo de la semana anterior.
Pero bueno, hablando de series, me he visto en una noche y un día, tooooooooda enterita Death Note, que no la había visto todavía. Lo sé, indignante, verdad? Yo tampoco me explicaba como podía vivir sin haberla visto, es increíble *-* EJEJEJEJEP.
Ahora estoy viendo The Walking Dead. Vi la primera temporada antes de que la dieran el la tele, y cuando salió la segunda, hacía tanto tiempo que no había visto nada en plan zombies, que cuando puse el primer capitulo de la segunda temporada, me cagué y la quité D: Entiendo que queráis matarme ahora, pero hoy, ahora mismo, lo he vuelto a intentar, y estoy escribiendo esto mientras veo el capitulo, asi no me da tanto miedo e_e

Otra serie que veo es Crónicas Vampíricas. (Ahora es cuando me matais de verdad) Pero tengo que decir que la veo porque me dijo una amiga que la viera, y me enganché a ella, es horrible, verdad? Pues más horrible es que hicieran la pausa en Octubre, y hasta el 3 de Enero no vuelva a empezzar, pero ya queda poquito ^_^
Misfits, es una de mis favoritas, pero se ha acabado la temporada. Eso quiere decir que hasta dentro de 46356764360786 años no volverán a hacerla, como los Protegidos, que es la única que veo española, y me da igual lo que penseis, a mi me gusta >.<
Y por último, Como conocí a vuestra madre, un verdadero mito, ya que a estas alturas, me interesa más saber qué pasará con Barney a saber quién demonios es la mujer de Ted. Bueeeeeeeno, pues ya he acabado (¿Sabeis una cosa? Al final me he liado a hacer esto y no he seguido viendo The Walking Dead, que pilla soy ;$)
Por cierto! Disfrutad de la navidad :3

12.12.11

Sensaciones en un par de líneas. (2)

Quedamos nosotros dos con dos amigos más, aunque uno de ellos se fue enseguida. Los que quedábamos nos fuimos a dar un pase, sin destino todavía, simplemente empezamos a caminar, hasta que a alguien se le ocurrió la gentil idea de jugar al veo-veo. Jugamos más tiempo del que de normal se le suele dedicar a ese juego y después, acompañamos a nuestro amigo a su casa. Volvíamos a estar él y yo a solas. Comimos juntos en una avenida que quedaba a la entrada del pueblo. Era extenso, habían árboles, infinidad de bancos y trozos verdes, pequeños parquecitos, fuentes, fuentes más pequeñas, gente caminando, paseando a sus perros, disfrutando del día tan maravilloso que hacía, y que yo estaba pasando con él.
Nos sentamos en un banco para comer. Él acabó antes, y me miraba con cierto interés. Me cogió de la cintura y me acercó a él. Fue subiendo poco a poco su mano, sabía a donde la dirigía, y le pare. Quería no pararle, pero la vergüenza y los nervios me estaban matando. Me excusé diciendo que todavía estaba comiendo. Cuando acabé, nos pusimos a hablar un poco. Hablábamos de cosas sin sentido, cosas estúpidas que la única función que tenían era retrasar lo que quería que pasara ya. Me fijé en que estaba tiritando un poco, y me acerqué más a él. Le abracé. Tenía su cuello delante de mi, y le di un pequeño beso. Separé mi boca, le miré a aquellos ojos marrones miel que me incitaban a seguirle a cualquier parte. Me miró con algún sentimiento que no llegué a comprender en aquel momento, era demasiado intenso. Me acerqué a él, y entonces, de nuevo sentí aquella euforia irreparable, aquella sensación de júbilo que no quería que acabara, pero desgraciadamente, y muy a pesar de los dos, tenía que coger el autobús que me llevaba de vuelta. Me acompañó, y en el momento de separarnos, me abrazó, cogiéndome de la cintura hacía arriba, y me besó mientras estaba en el aire. Era magnífico.
Pero, no volví a saber más de él hasta un par de semanas después.

8.12.11

Romances irreparables.

Sabes que nada va bien, que todo está empeorando por momentos a tu alrededor. Intentas mantener la calma y convencerte a ti mismo de que la marea amainará, de que todo acabará, pero en el fondo sabes que no es así. Intentas aparentar que estás bien, para que la gente que se preocupa por ti, o la que no lo hace lo más mínimo, te atosiguen con preguntas cuyas respuestas se almacenarán en el fondo de su memoria, si es que llegan a entrar. Y sabes que estás mal por la persona que más quieres. Notas como si flotara, como si pudiera vivir sin ti, mientras tu te hundes en un pozo de miseria creada por tus recuerdos y malos momentos, como si le diera igual. Sabe lo que te hace daño, pero no importa, saltará sobre ello y caerá una y otra y otra vez, y detrás de un lo siento, vendrán mil más, y nada volverá a ser lo que era en un principio, un fantástico cuento de amor.
Pero todo el mundo sabe que los cuentos no son para vivirlos.
Tú también lo sabes.

5.12.11

Cosas del frío (2)


Atardece, apenas son las 6 de la tarde y casi no puedo ver con claridad. Puede que venga algo de niebla, puede que empiece a caerme gotas. Gotas que comenzarán por chocar contra mi cabeza y resbalarán por mi cara, otras, más atrevidas, irán directas a mis mejillas...
Con lo bonito que era todo cuando todavía estábamos en primavera y las hojas eran verdes. No tenía que apresurarme a hacer cosas por que se hiciera de noche enseguida, no tenía que preocuparme de si iba bien abrigada o no.
Pero, me encanta sentir que el frío entre dentro mi cuerpo y me cale hasta los huesos.

Sensaciones en un par de líneas (1)

¿Cómo iba a pensar cómo acabarían así las cosas con él? No había la menor razón, nadie tenía la más mínima idea de que acabaríamos así, dos personas que apenas se miraban, dos personas aparentemente tan diferentes, y cada uno de ellos ocultaba cosas que, sin saberlo, les hacía cada vez más semejantes. Dos personas que…
No quiero adelantar los hechos, contaré todo desde el principio.

En septiembre del 2008, llegué nueva a un instituto, no tan nueva para algunos, porque ya me conocían. Él todavía no. Éramos personas ajenas, solo nos veíamos en el patio, porque él se ponía cerca de donde solía estar yo. Pero, en cuatro meses que estuve en aquel instituto, apenas nos habíamos dirigido 3 míseras palabras. Me resultaba atractivo, pero lo veía imposible, ni si quiera éramos amigos. A partir de ahí, supe que nada es imposible, solo teóricamente improbable.

Yo, aunque no viviera en el mismo pueblo, iba de continuo a ver a mis amigos. Un día fui, y a media tarde, apareció él, de la nada, y supe que también era amigo de ellos. La situación al principio me resultó un tanto violenta, pero hicimos buenas migas. Nos presentamos formalmente:
-¡Hola! No sabía que también te juntabas con ellos.-Dijo él.- Me llamo César, encantado.
-Yo Rebeca, igualmente.
Nos dimos dos besos, y pasamos prácticamente toda la tarde hablando. Entablamos poco a poco, una relación un tanto extraña, pero me gustaba.
Hablábamos casi todos los días, me contaba sus problemas, sus ideas, estaba loco, pero a mi me encantaba, y lo padecía en silencio. .

Pasé así unos cuantos meses, quedando con él, pero nunca asolas, con los demás amigos, hasta que en Halloween, algo pasó.
Quedamos todos los amigos, algunos disfrazados, otros aparecían y a los tres minutos desaparecían, gente fumando y bebiendo… Y cinco amigos más. Entre ellos él, que siempre estaba conmigo. Yo estaba cansada de esperar. Aquella noche quería pasarla con él, pero no podía hacerlo. Al menos, no todavía. Tenía una amiga, Inés, que me dijo que le gustaba hacía algún tiempo, así que me dirigí a ella.
-Tengo algo que preguntarte, ¿Te sigue gustando César?
-No, tranquila, he visto como le miras. Por mí, tienes la vía libre.
Pensé “Genial” pero ahora no sabía que es lo que debía hacer. La noche acababa. Él, otro más, y yo, fuimos a acompañar a una cuarta persona a su casa. Solo quedábamos tres, dos de la mañana, portal ajeno, algo colocados, y yo con unas ganas tremendas de besarle, pero estaba el otro amigo. ¿Típico, verdad? No poder besar a alguien porque hay una tercera persona impidiéndote hacerlo, por vergüenza, por ganas de estar a solas con la otra persona…
Sentados en la escalera del portal, él estaba detrás de mí, y mi amigo al lado. De repente, César me pasó el brazo por delante y me acarició la cara. Sentí un escalofrío. Noté como le hacía señas a su amigo para que se fuera, y lo hizo. Por fin nos habíamos quedado solos. Le apoyé contra la pared, y le besé. Pero, mi ingenuo se tropezó, y me dijo que teníamos que parar, que su padre tenía que recogerle. Tenía decepción escrito en mis ojos. Lo vio, me cogió y me besó. Fue corto, pero me gustó. Por el camino al lugar donde estábamos todos antes, le pregunté:
-¿Te arrepientes?
-Si hubiera sido otra noche no, pero es que mi padre me recogerá enseguida y…
-Bueno, tu verás lo que haces.
-No me digas que ya veré lo que hago, Rebeca.
-Vale, me callo.- Y de repente, me cogió del brazo, me puso delante suya, y me besó. Me besó de una forma un tanto inquietante.
Seguimos el camino. Yo iba callada, pensando en todo lo que había pasado esa noche. Lo volvió a hacer. De sopetón, me apoyó contra la pared, y me besó con ansia, con rapidez, con euforia, tal vez con algo de culpabilidad que más tarde sabría por qué.
Entramos en un parque para niños y me acostó en un puentecito de madera. Él se puso encima. Pero no hicimos nada más. Su padre le llamó para recogerle. La noche acabó. No volvimos a hablar en los siguientes días, así que supuse que para él solo había sido algún rollo más de una sola noche. Él parecía el típico chico guapo del cual todas las chicas van detrás de él y hace lo que quiere con ellas. El típico cabrón.
Pasé todo el mes de noviembre sin saber nada de él, y yo me moría por que me dirigiera una sola palabra. Pero poco a poco, volvimos a hablar a través del ordenador. Ahí es cuando se puede decir que realmente nos hicimos amigos, al menos para mí. Llegó a contarme un par de cosas que no lo sabía nadie más. A veces, solo tenía ganas de hablar con él cuando me encontraba algo mal. Seguimos así bastante tiempo, y yo empecé a sentir algo más de afecto hacia él.
Una tarde de febrero, estaba tumbada en la cama cuando recibí una llamada. Era él. Me preguntó si aquella tarde podía ir a su pueblo a verle, pero no podía. Lo intentaría al día siguiente, y lo conseguí.

4.12.11

Cosas del frío.

Abrir la ventana y que entre aire por ella y algún rayo de sol tenue, diciéndote que un nuevo día te espera. Te levantas, sin ganas de continuar con la rutina.
Pero hoy algo es diferente, notas que algo ha cambiado y sientes que lo que tanto esperabas, llega. Coges ese copo de nieve que ha caído al pie de tu ventana y piensas que solo queda esperar.