2.10.12

Eros ha vuelto a jugar.

No quiero que se vayan las cosas bonitas, las que nos llenan de amor, porque me veo caminando hacía él, cada noche. Y solo pienso en ello. Que le digo buenas noches, y me acuesto a su lado, pero entonces despierto, y veo que he vuelto a perder, que los rayos del sol que entran ténues desde la ventana, son hacia mi cama, y no a la de él. Y siento que caigo.
Pero, me hace ser tan tonta... Consigue que con solo mirarle flote sobre todo lo demás, sin importar nada. Y todo es maravilloso, la manera en que consigue que me vuelva loca.
Tal vez haya sido todo muy prematuro, pero, ¿ y qué? Todo lo premeditado acaba siendo demasiado sopesado, hasta el punto en el que te quedas sin nada especial, sin nada bonito, por haber querido tanta perfección. La sorpresa yace ahí. Justo en ese lugar. La perfección viene con lo prematuro, con lo que no estaba planeado, y ha llegado rompiéndote todas las puertas de tu vida, de tí mismo, hasta llegar al fondo de ti.
Está claro, que si puediera pedir un deseo, pediría una pausa, justo en el momento en que le abrazo, en el que me apoyo en él, en el que me dice un "Te quiero" vergonzoso...
La realidad es, que si me pidiera que volara sobre las estrellas, lo haría, pero siempre de su mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario