16.7.10

Señor maldad.

Hace ya cuatro años que vivo sin ti,
cuando te fuiste no sabía como vivir,
tú, mama, has sido para mí,
lo que cualquier hija puede ser para ti.
Cuando aquel miserable te quitó la vida
no pude evitar mirarlo con mi retina,
nunca podré sacar de mi cabeza
como se fue tu vida, encima mía.
Te he echado tanto de menos…
Por las noches, cuando me contabas cuentos,
por el día, cuando me arropabas malita,
siempre, cuando te sentía.
A veces te encuentro dentro de mis sueños,
a veces pienso que esto no es real,
que solo es una pesadilla de la que debo escapar,
que solo es un juego sucio del señor de la maldad.
He vivido todos estos años
sin una madre a mi lado,
me separaron de ella para siempre,
más, vengaré, por supuesto, su muerte.
Mi padre le pegaba, le escupía y le chillaba,
llegaba borracho a casa y no sabía donde estaba,
ella sufría en silencio con aquella esperanza,
aquellos ojos grises que solo lloraban.
Ella no podía más, quería descansar,
quería vivir libre sin tener que llorar,
más un día que se vio con fuerzas para caminar,
fue al juzgado y pidió su libertad.
Cuando llegó la bestia, armó la de Dios,
yo le agarraba del brazo: déjala, por favor!
pero el era más fuerte
y contra la pared me estampó.
Aquel día, mi madre murió,
por una babosa que le acuchilló el corazón.
le quitó la vida porque sabía que ya no era suya,
le quitó la vida por celos e ira.
Le busco por las calles,
llevo odio en mi interior,
cuando encuentre a ese hombre,
suplicará por el dolor.
Le causaré agonía y asfixia,
le mantendré desangrándose sin piedad,
le quitaré toda esperanza,
le mataré como hizo el con mi alma.

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